En el Municipio de Vilaflor de Chasna se preservan muchas tradiciones y costumbres, todas ellas vinculadas a las fiestas patronales de cada uno de sus barrios. La Concejalía de Fiestas se encarga de organizar, dinamizar y coordinar la programación de las distintas festividades del municipio con el objetivo de que sean unas fiestas del agrado de los vecinos y visitantes para que grandes y pequeños disfruten y participen de las mismas, manteniendo las raíces e innovando en nuevas propuestas de ocio y fiestas.
El 28 de Agosto Vilaflor celebra sus fiestas patronales en honor a San Roque y San Agustín.
Fiestas de gran importancia religiosa y popular, tiene lugar en la Plaza de San Pedro Apóstol, los dos últimos fines de semana de agosto. Estos días las calles se llenan de música, alegría y calor. El primer sábado de las fiestas comienza con el gran Baile de Magos, una celebración reciente pero no menos importante. Los chasneros y chasneras sacan sus vestimentas tradicionales y preparan sus mejores platos tradicionales canarios, para pasar una noche donde el compartir y la identidad canaria son el eje principal de la noche. Desde el viernes siguiente comienzan los actos populares y religiosos, en honor a San Agustín y San Roque. El sábado, en la tradicional Feria de Artesanía, donde encontramos expuestas muestras elaboradas por manos artesanas
Y como cierre de nuestra fiesta se celebra el domingo la Gran Romería, haciendo un recorrido por las calles de Vilaflor. Nos vestimos con trajes típicos y disfrutamos de las rondallas que llenan las calles de alegría con su música canaria, carrozas engalanadas en las que podemos saborear platos típicos y vinos de nuestra cosecha.
Las familias buscan espacio en los alrededores de la Ermita de San Roque, para compartir los alimentos deseando que cada año llegue este día para ver la alegría y unión en torno a esta tradición.
El día principal de la fiesta es el 24 de abril, fecha en que se sitúa al Santo Hermano Pedro en el Santoral. Desde 1980, fecha en que se beatificó al Hermano Pedro de San José de Bethencourt, hijo de Vilaflor y fundador de la Orden Betlemita, sus fiestas adquieren mayor popularidad. Y más aún tras su canonización el 30 de julio de 2002 por Juan Pablo II, que convirtió al Hermano Pedro en el primer santo canario. Pedro de San José de Bethencourt nació en Vilaflor el 21 de marzo de 1626 y murió en Guatemala el 25 de abril de 1667.
Los vecinos del núcleo de La Escalona celebran con solemnidad, cada 25 de julio, la conmemoración de Santiago Apóstol, titular de la ermita de este barrio chasnero, siendo también tradicional en este núcleo realizar una función religiosa en honor a Santa Ana, cuya festividad religiosa se celebra el 26 de julio.
En estos días de fiesta, este barrio se llena de alegría y color, celebrándose funciones religiosas y actos populares que congregan a multitud de personas para disfrutar de estas fiestas.
La honda devoción que la figura del Santo Hermano Pedro ha tenido entre los vecinos de este pequeño núcleo chasnero, ha hecho que, desde hace años, a finales de junio, se celebren fiestas en su honor, coincidiendo con la celebración de su onomástica (29 de junio, día de San Pedro). Estas fiestas cuentan con distintos actos religiosos y populares, culminando con la tradicional «papada”, donde todos los vecinos de Ifonche comparten la comida, la alegría y el buen humor.
Este pequeño caserío chasnero cuenta con una ermita dedicada a la Inmaculada Concepción, cuya talla fue traída por los vecinos de este barrio, en romería de camellos desde Vilaflor a Jama, a finales del siglo XIX. Por este motivo, a principio de diciembre de cada año, se celebra la festividad de esta virgen, realizándose distintos actos religiosos y populares.
La Semana Santa está ligada a la historia de Vilaflor de Chasna, pues hay que tener en cuenta que ha sido el acontecimiento anual más importante tanto desde la perspectiva religiosa como social.
Nuestro calendario se caracteriza por su carácter religioso. Después de la Navidad y el Carnaval, tenemos la Cuaresma que cada año se programa dependiendo del calendario litúrgico y tras los cuarenta días de recogimiento de la Cuaresma comienza la Semana Santa, en la que se conmemora la muerte y resurrección de Jesús. Con una tradición de siglos, se consolida cada vez más y pese a los años se sigue viviendo en medio de días de recogimiento, manteniendo aún viva la devoción y la fe.
Los actos religiosos comienzan el Viernes de Dolores. El Domingo de Ramos, la bendición de los “palmitos”, se hace en la Ermita de El Calvario y desde ahí se parte en procesión hasta la Parroquia de San Pedro Apóstol. A partir de esta fecha se sucederán los actos religiosos, con procesiones en las que los pasos (tallas policromadas con alegorías evangélicas recorren las calles entre el fervor popular, hasta llegar a las celebraciones del Jueves y Viernes Santo, en las que confluyen un mayor número de fieles. Uno de los actos más cruciales y conmovedores tiene lugar al amanecer del Viernes Santo, con la procesión del Encuentro; en ella el Cristo Crucificado que sale de la Ermita de El Calvario se encuentra en el cruce de La Cruz con la Virgen de los Dolores y con San Juan, que salen de la parroquia de San Pedro.
Los chasneros fieles a su tradición salen cada año a la calle para venerar sus imágenes, cada “paso” tiene su grupo de costaleros que año tras año se comprometen con esta tarea, con gran perseverancia en un compromiso casi vitalicio y con un relevo generacional.
Los pasos se levantan y transportan con movimientos exactos y precisos, obedeciendo a la voz de un capataz – persona que guía los pasos de las procesiones por delante – que indica cuándo ha de levantarse o bajarse el paso, haciendo el mismo recorrido que siglos atrás.
Estas alfombras son posiblemente las más internacionales del archipiélago canario, ya que fueron llevadas a Guatemala por el Santo Hermano Pedro y la tradición arraigó tanto que en muchos lugares de América se siguen elaborando.
La belleza, el buen gusto y la maravilla cromática que exhiben las alfombras realizadas en las calles de Vilaflor de Chasna con motivo de la festividad del Corpus Christi son, sin duda, buena muestra de lo que la gente de estas tierras es capaz de hacer cuando se une en una causa común.
Estas largas y extraordinarias alfombras propias de la cultura popular forman parte del llamado arte popular efímero y son un claro ejemplo de sincretismo religioso y cultural.
Las alfombras tienen carácter colectivo. Se hacen por calles, cada vecino hace el trozo que le corresponde frente a su casa, se trabaja también por familias quienes trabajan en la elaboración de los moldes, el teñido de la sal, el serrín y en la elaboración de dichas alfombras.
En la tradición más antigua se sembraba el suelo por el que iba a pasar la procesión de ramaje de plantas olorosas como romero, chajoras, esguargazo…que junto a los pétalos que se echaban al paso del Santísimo Sacramento creaba un ambiente especial por allí por donde había de discurrir la procesión. Son ya verdaderas alfombras las que se confeccionan con arenas o tierras de colores, se hacen abstracciones de los diseños decorativos e imágenes figurativas, evidentemente mucho más complejas y bellas.
El fin último de estas maravillosas obras de arte es la procesión. La función sagrada de estos diseños desaparece cuando el elemento sagrado, el Santísimo Sacramento termina de pasar, y así al paso del sacerdote las alfombras se deshacen pudiendo pasar el resto de la gente, entonces todos contribuyen a la destrucción de lo que se ha realizado con tanto cuidado y cariño por la comunidad.
En nuestro municipio de Vilaflor de Chasna se celebraba antiguamente la Fiesta de la Cruz, el día 3 de mayo. De esa festividad todavía pervive la tradición entre los vecinos y vecinas de adornar las cruces que se colocan en las calles de los diferentes barrios para el disfrute de todas y todos. Es una tarea de auténtica participación ciudadana, ya que cada vecina y vecino aporta flores, normalmente de sus huertas y jardines, y todas se congregan para realizar en equipo la decoración de “su cruz”.
El municipio celebra un pequeño y modesto carnaval, que acontece justo después del Gran Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. En esta celebración acercamos el tradicional carnaval chicharrero a nuestro entorno con la participación de murgas y comparsas, generando un día festivo por y para todas las familias del municipio.
Los más pequeños se disfrazan con la ilusión de alzarse con el título de “mejor disfraz” y disfrutan de un día lleno de castillos hinchables, talleres y música en compañía de toda la familia.